Por Sayume Si on Lunes, 28 Junio 2021
Categoría: Psicologia

Abuso Sexual Infantil

México es el país con mayor abuso sexual a infantes según la UNESCO, la característica principal de este es la violencia.

A pesar de que las cifras hoy en día siguen siendo altas con respecto al Abuso Sexual Infantil (ASI), sigue faltando información para la prevención del mismo. Anteriormente (Boletines 110 y 111) hemos hecho mención de que el ASI no distingue raza, sexo, religión, estrato socioeconómico, ni edad del/la niño/a; así como tampoco es necesario que exista algún tipo de contacto físico para que sea considerado como tal.

De acuerdo con el Illusion Theatre en Minneapolis, el abuso sexual se define como la manipulación, imposición o engaño a un menor, para ser tocado, tener contacto sexual o ser partícipe de demostraciones que involucren conductas sexuales. Los/as agresores/as, no necesariamente son personas desconocidas para el/la menor, de hecho, en la gran mayoría de los casos, son personas que conviven con ellos y ellas. Por tales características, el abuso suele perpetuarse, en la gran mayoría de los casos, por periodos de tiempo prolongado. 

Un punto muy importante a mencionar, son los factores que, de una manera u otra, contribuyen a los actos de violencia relacionados con el ASI, éstos son: la violencia intrafamiliar, el abuso de poder, la autoridad por parte del adulto, que los menores ocupen lugares con una marcada desventaja en la familia o entorno social, las relaciones familiares basadas en el autoritarismo e imposición de conductas e ideas, presentando negligencia y abuso físico, que los menores no vivan con uno o ambos padres biológicos, que convivan con personas adictas al alcohol o dependientes a otras sustancias o con padres que presentan una enfermedad crónica, que se encuentran mucho tiempo fuera del hogar y/o que presentan cambios emocionales frecuentes.

Ahora, reflexionemos, ¿por qué, si existen otros niños/as alrededor del menor que vive abuso, no pasa lo mismo con todos/as? Esto se debe a que el/la niño/a que es abusado/a ha vivido algún otro tipo de abuso, no precisamente sexual, lo que va generando una situación de complacencia a los/las otros/as, es decir, cuando como adultos no respetamos el momento en el que el/la menor dice "NO", contribuimos a que este complazca al adulto hasta el punto de agradarle satisfaciendo sus necesidades previas a la satisfacción que reconoce el/la niño/a como propias, por lo que es necesario que también se respeten los límites que el menor pone, para ello, los adultos que se encargan de su educación deben estar atentos a sus propias conductas y comportamientos para poder marcar límites.

En la dinámica familiar, existen algunos roles que pueden ser establecidos para propiciar el ASI, estos son: el/la abusador/a activo/a es la persona que genera algún tipo de violencia constantemente; el compañero invisible es pasivamente cooperador y se encuentra generalmente cercano y silencioso, atento a las necesidades, ya sea afectivas o de cualquier otra índole, con el/la o los/las niños/as más sensibles a la recepción de violencia, siendo éste un rol más dentro del abuso sexual, también están presentes los roles de los y las demás integrantes de la familia, los cuales cuando no son partícipes activos son observadores.

Es muy fácil criticar o buscar quien o quienes, desde el estereotipo, son los/las posibles agresores/as de niños/as, sin embargo, se ha logrado determinar dos grupos generales, en los cuales la gran mayoría encaja, estos son:

1. Los que utilizan el engaño, la persuasión o la presión psicológica para conseguir sus fines, los cuales, en su gran mayoría se presentan como personas atentas, cariñosas y generosas con los niños y/o niñas; y...

2. Los que usan diversos grados y tipos de violencia, ya sea a través de la amenaza o con técnicas más estructuradas como puede ser relacionarse con personas con hijos/as de una relación anterior, trabajar como niñera/o, entre otras. Cabe aclarar que según las estadísticas obtenidas en centros de atención a la violencia, las personas que cubren esta segunda categoría forman parte de la minoría.

Para terminar, es de suma importancia recalcar que todo tipo de Abuso Sexual encuentra su génesis en el alarde de poder y violencia hacia un/a menor, más que en una satisfacción sexual.

Sexólogo Jonathan Altamirano

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