Hoy voy a compartir contigo información sobre un concepto que se habla de manera muy trillada, se discute frecuentemente pero se aplica poco, la empatía, esta capacidad de participar afectiva y/o cognitivamente en realidades ajenas a las propias. Lo cierto es que pocos de nosotros somos tan abiertos como nos gustaría creer, de hecho se necesita esfuerzo para desafiar los prejuicios y convertirse en un pensador más flexible. Por ahora, te comparto seis hábitos para cultivarla:

1. Cultiva la curiosidad por los extraños. ¿Has pensado en hablar con la persona que se sienta junto a ti en el autobús como lo hacías cuando eras niña/o recién llegado al kinder? Piensa que otras personas son más interesantes que tú y acércate a preguntarles sobre su vida. La curiosidad expande la empatía, cuando nos acercamos a personas que reconocemos lejos de nuestro círculo social. Encontrar vidas y universos paralelos, diferentes a los nuestros, no sólo despertará nuestra curiosidad si no que además, es una llave que puede llevarnos a alcanzar una vida satisfactoria. Esta propuesta además, es una medida para evitar la soledad crónica que acecha a las sociedades capitalistas desde hace tiempo. Cultivar la curiosidad no se trata de tocar cualquier tema, sino tratar de conocer y entender el mundo que vive dentro de la cabeza de otra persona. Nos topamos con extraños a diario, en la calle, en el transporte, en el trabajo y en las redes sociales. Te propongo ponerte el reto de hablar con alguien que no conozcas cada semana, lo único que necesitas es vencer el miedo a tomar el riesgo, ¿quién sabe? Quizás aprendas algo. 2. Desafía tus prejuicios y aquello que das por hecho para descubrir los puntos en común con otros. Solemos asumir según las apariencias y a través del uso de etiquetas colectivas, lo que otras personas es y piensa, esto, sólo nos aleja de apreciar la riqueza de las individualidades. Poner a prueba tus pre-concepciones acerca de alguien te abre la posibilidad de compartir en lugar de dividir, sumar y no restar. Superemos el odio cambiando nuestra percepción sin dar por hecho a nadie, ¿quién sabe? Quizás te des cuenta que has estado odiando algo de alguien que tú misma/o necesitabas que puede ayudarte a crecer o ser mejor persona.

3. Prueba vivir la vida de alguien más. Si crees que el aventarte en paracaídas es un deporte extremo, deberías tratar de aplicar el proverbio "camina una milla en los zapatos de alguien más antes de criticarlo/a". ¿Te atreverías a vivir unos días con las personas sin techo, o pasar el día en urgencias de un hospital público? Te aseguro que esto puede cambiar radicalmente tus creencias, prioridades y tus relaciones. Existe gente que lo ha llevado a cabo con grandes resultados y cada uno de nosotros, podría realizar su propio experimento. Si eres practicante de alguna religión ¿por qué no pruebas un "Intercambio de Dios" y asistes a los servicios de religiones diferentes a las tuyas? O si eres ateo, ¡trata de asistir a diferentes iglesias! Pasa tus próximas vacaciones viviendo y trabajando como voluntario en una aldea en un país en desarrollo. Toma el camino favorecido por el filósofo John Dewey: "Toda educación genuina se produce a través de la experiencia", deja de fantasear y comruébalo ¿quién sabe? quizás hasta cambies de trabajo. 

​4. Escucha atentamente y abre tu mente. Hay dos rasgos necesarios para ser un conversador empático. Una es dominar el arte de la escucha radical. "Lo que es esencial", es nuestra capacidad de estar presentes en lo que realmente está sucediendo en el interior, en los sentimientos y necesidades únicos que una persona está experimentando en ese mismo momento. Escucha atentamente a los demás y haz todo lo posible para comprender su estado emocional y sus necesidades, ya sea un amigo, tu pareja o un colaborador. Pero escuchar nunca es suficiente. El segundo rasgo es mostrarnos vulnerables, quitar nuestras máscaras y revelar nuestros sentimientos frente a alguien es vital para crear un fuerte vínculo empático. Reza un dicho así: "no hay intimidad si no existió antes la vulnerabilidad compartida" La empatía es una calle de doble sentido que, en el mejor de los casos, se basa en el entendimiento mutuo, un intercambio de nuestras creencias y experiencias más importantes. Inténtalo ¿quién sabe? a lo mejor y salvas tu relación.

5: Inspira la acción en masa y el cambio social. Por lo general, suponemos que la empatía ocurre a nivel de las personas, pero la empatía también puede ser un fenómeno masivo que produzca un cambio social fundamental y ejemplos en la historia, sobran. La empatía probablemente florecerá a escala colectiva si sus semillas se plantan en nuestros hijos, qué pasaría, por ejemplo, si invirtieras en aprender inteligencia emocional ¿quién sabe? quizás sus resultados se extiendan hasta tu pareja, familiares y/o amigos. Más allá de la educación, el gran desafío es descubrir cómo la tecnología de redes sociales puede aprovechar el poder de la empatía para crear una acción política masiva. ¿Has notado la calidad del contenido que compartes en redes? ¿qué transmites: esperanza, miedo, fe, odio, amor, queja, conocimiento? Aprende a difundir información tratando de hacer una conexión empática con uno o varios de tus contactos.

​6: Desarrolla una imaginación intensa y con ambición. La invitación es que hagas mucho más que empatizar con las personas en las situaciones habituales. Tendemos a creer que la empatía debe reservarse para aquellos que viven en los márgenes sociales o que sufren. Esto es necesario, pero apenas es suficiente.También necesitamos empatizar con personas cuyas creencias no compartimos o que pueden ser diferentes a las nuestras de alguna manera. Si usted es un activista sobre el calentamiento global, por ejemplo, puede valer la pena intentar ponerse en la piel de los ejecutivos de las compañías petroleras, comprender su pensamiento y motivaciones, si desea idear estrategias efectivas para cambiarlos hacia el desarrollo de energías renovables. Un poco de esta "empatía instrumental" (a veces conocida como "antropología de impacto") puede ser muy útil. Según Bill Drayton, "padre del emprendimiento social", dominar la empatía es la habilidad clave para la supervivencia empresarial porque sustenta el trabajo en equipo y el liderazgo exitoso.

El siglo XX fue la era de la introspección, cuando la cultura de la autoayuda y la terapia nos animó a creer que la mejor manera de entender quiénes somos y cómo vivir era mirar dentro de nosotros mismos. Pero nos dejó mirando nuestros propios ombligos. El siglo XXI debería convertirse en la Era de la Empatía, cuando nos descubramos no solo a través de la autorreflexión, sino al interesarnos por la vida de los demás. Necesitamos empatía para crear evolución en las relaciones humanas y no una revolución.

Mayra A. Pérez Ambriz Co-fundadora de SAYUME SI

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 Referencias

Roman Krznaric, Ph.D.(2014) Empathy: A Handbook for Revolution.