Infecciones de Transmisión Sexual
Las Infecciones de transmisión sexual son infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual (oral-anal oral-vulvar pene-boca, penetración anal, penetración vaginal, etc), el contacto sexual ocurre todos los días, entonces, cualquier persona sexualmente activa puede contraer una infección, de hecho, todos los días casi un millón de personas las contraen, principalmente adolescentes y jóvenes menores de 25 años.
En la mayoría de las ocasiones cuando las infecciones no se manifiestan en el cuerpo a través de signos y síntomas, solemos ser portadores, de ahí la frase "personas vemos, ITS nos sabemos" y es que algunas infecciones no producen enfermedad clínica y una persona con infección (con el microorganismo en el cuerpo) que no tiene manifestaciones de enfermedad puede transmitir la infección aunque no presente síntomas (portador). Cuando la enfermedad se manifiesta, es cuando las infecciones dan lugar a síntomas agudos o crónicos con consecuencias a corto, mediano o largo plazo (pej: transmisión perinatal: embarazo, parto, lactancia; infertilidad, mayor propensión a cáncer cervicouterino, etc.).
Las causas de ITS son bacterias, parásitos, hongos y virus. Algunos ejemplos son clamidia (bacteria), herpes (virus), cándida (hongo), tricomona (parásito). A diferencia de las provocadas por otros organismos, no hay cura para las enfermedades provocadas por virus pero existen medicamentos que pueden ayudar con los síntomas y mantener la enfermedad bajo control, además existen algunas vacunas para prevenir algunos (pej. Hepatitis B y algunos tipos de VPH)
La práctica del sexo seguro y protegido reduce enormemente, aunque no elimina el riesgo de adquirir ITS. La forma más confiable de evitar infección es no tener relaciones sexuales anales, vaginales u orales. Otras intervenciones eficaces para reducir la vulnerabilidad y los riesgos frente a las ITS se basan en la concientización, educación y las comunicaciones específicas sobre promoción de la salud y reducción de riesgos y en el aumento tanto del acceso a los servicios de salud sexual como de su utilización.
A fin de avanzar en estas esferas se necesita lo siguiente: medidas eficaces para reducir la estigmatización y la discriminación en los entornos de atención de salud y en la comunidad, iniciativas de prevención y servicios que aborden la violencia de género y la violencia relacionada con la orientación sexual o la identidad de género, e intervenciones que empoderen a las mujeres y a las poblaciones estigmatizadas. En algunas poblaciones, el consumo nocivo de alcohol puede agravar ciertos factores de vulnerabilidad y comportamientos de riesgo, por lo que se debería tener en cuenta a la hora de diseñar los servicios.
Mayra Aidee Pérez Ambriz Médica Sexóloga Clínica
Sobre el autor
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Col. del Valle, CDMX