La Confianza ¿se trabaja?

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La confianza es un pilar que se construye a lo largo del ciclo vital, puede comenzar en la infancia o no, nunca es tarde para iniciar.

La confianza puede aprenderse y evolucionar con experiencias cotidianas y en nuestros vínculos con los demás.

Desde el autoconocimiento, la confianza implica reconocer nuestras pautas y en ellas mirar las propias habilidades, limitaciones y valores, saber quién eres (y quién no) te permite actuar con seguridad, sabes que equivocarte es una posibilidad y si la aceptas, estás abriendo un camino hacia la confianza. La aprobación externa, entonces, puede convertirse en la suma de saber lo que mis pensamientos, decires y acciones provocan en el otro y lo que el otro provoca en mí, es decir, la tomo en cuenta, pero no me determina, sin incluirme.

En diversas ocasiones me han preguntado ¿cómo se trabaja la confianza? Yo considero (al menos a mí me ha funcionado así), que trabajar con el "qué" es más importante que el cómo o, al menos, va primero, es decir, ¿cuáles son las razones por las que quiero trabajar la confianza y en qué creencias sostengo estas razones? Porque trabajar la confianza implica abordar tanto aspectos internos (autoestima, autoconcepto, creencias) como externos (relaciones, logros).

A continuación te comparto algunas posibilidades:

1. Identifica fortalezas y debilidades: Realiza un análisis honesto de tus capacidades para reconocer qué puedes mejorar y qué te da seguridad. Obsérvalo en lo que se repite, en lo que ya es, no en lo que quisieras que fuera.

2. Cultiva una autoimagen positiva: Practica el agradecimiento como un comodín para darte cuenta de lo que ya eres y aportas diariamente al entorno, a otrxs y a ti, puede ayudarte a crear afirmaciones realistas y por favor, evita en lo posible, la autocrítica excesiva, conoce la voz de tu juez interno y si puedes, dale otro guion, un guion más amable y compasivo con las etiquetas que te ponen y te pones todos los días.

3. Gestiona el diálogo interno: Identifica pensamientos limitantes y reemplázalos por ideas más constructivas. ¡Ay! Te recomiendo ampliamente leer a Marian Rojas Estapé en "Cómo hacer que te pasen cosas buenas" y te invito todavía más a aplicar lo que sugiere, al menos, una cosa por día, al menos, una cosa a la vez y es que, conocer cómo funciona tu cuerpo y, en especial, tu cerebro es esencial para entenderte a ti mismo. Este conocimiento podría ayudarte a identificar las razones detrás de la falta de confianza y quizá dotarte de herramientas para abordarla desde una perspectiva más clara y consciente.

4. Atrévete a salir de la zona de confort que, de cómoda no tiene nada ¿no?, bueno quizá la certeza de lo conocido, de lo que ya te sabes. Unido a mi sugerencia anterior, te invito a enfrentar retos progresivamente para ganar confianza en tus habilidades y capacidades, las que ya tienes y las que puedes seguir desarrollando hasta el último minuto de tu vida (que las creencias sobre la vejez no te ganen, cuestiónalo todo, ¿en dónde depositas el poder de autodeterminarte?)

4.1 Establece metas alcanzables: Divide objetivos grandes en pasos pequeños, bien pequeños que te permitan acumular logros y disfrutar los procesos.

5. Ya lo había mencionado pero, el proceso de aprendizaje lleva necesariamente repetición, ¿lo habías notado? Acepta los errores como aprendizaje, ¿puedes ver al error sólo como error, auto-condenarte, dolerte por ello, abrazarlo u otras posibilidades? Claro, pero, también existe la posibilidad de entender que fallar es parte del proceso de crecimiento y saber que la resiliencia (la capacidad de afrontar o reponerse a situaciones difíciles) también se aprende y es en la experiencia donde se tatúan los aprendizajes, no sólo repitiendo en tu mente que eso es posible. (Sí, el aprendizaje también es un proceso).

6. En las relaciones interpersonales, tus vínculos afectivos, practica la comunicación (asertiva): Expresa necesidades, ideas y sentimientos de manera respetuosa, pregunta y escucha las del otro, también. Evita dar por hecho o asumir que saben lo que cada uno piensa o siente.

Puedes practicar de a poco vulnerarte en esa expresión de necesidades, ideas y sentimientos para revisar la confianza en ti y en el otro, a veces no es necesario que el otro te sostenga, sino permitir que el mismo encuentro lo haga, muchas veces se trata más de SER que de HACER, escuchar y expresar emociones lo haces desde quién eres tú y si estás abiertx a quién es el otrx tienes posibilidades de fortalecer la conexión y entonces, la confianza.

7. Practicar en un entorno seguro es clave para prepararse ante los desafíos de la vida real. En el contexto terapéutico, el consultorio se convierte en un espacio que permite explorar y construir diversos escenarios, donde puedes imaginar, establecer o analizar posibilidades. Este proceso, guiado por un profesional capacitado, fomenta la autoobservación y el autodescubrimiento, ayudándote a reconocer y entender tus miedos, fantasías, pensamientos y emociones. Más allá de la introspección, este acompañamiento facilita obtener claridad para tomar decisiones con mayor conciencia y seguridad.

La confianza no es un estado fijo, sino una habilidad que se fortalece con el tiempo, la práctica y el cuidado tanto de la relación con uno mismo como con los demás, ¿te das cuenta? La confianza también es un camino al autodescubrimiento. 

Mayra A. Pérez Ambriz

Abierta a descubrir quién eres,

acompaño procesos en ámbitos de la salud mental y sexual.

Con experiencia en atención de primer, segundo y tercer nivel,

mi labor se centra en brindar un espacio seguro y profesional.

Sígueme en @sayume_si. 

Citas al 5591308643 o al WhatsApp: 5516998106
Día Mundial de la Salud Sexual

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