"Ningún niño o por lo menos ningún niño de inteligencia completa o superior llega a la pubertad sin que los problemas sexuales hayan ocupado ya su pensamiento en los años anteriores a la misma". Freud
En nuestros días coexiste un espectro de tipos de socialización que va desde los modelos conservadores, hasta las manifestaciones más avanzadas, sin embargo aún es mayoritaria la situación social en donde la sexualidad es considerada como una temática desconocida y temida. La preparación de los padres para enfrentar este desarrollo infantil es insuficiente y la divulgación científica libre de juicios, estigmas y tabúes de esta temática es pobre, por lo tanto, proponemos que en la casa, la escuela y la consulta el tema comience a abordarse.
Hablar no es precisamente la actividad favorita de niños y niñas en edad preescolar (3-6 años) y escolar (7-11 años), así, es importante saber que la enseñanza parte de la educación informal que se construye a través del lenguaje, actitudes, valores y conductas que existen en las dinámicas familiares, los juegos y los medios masivos de comunicación a través de los programas infantiles, películas o dibujos animados que ellos miran.
Los prejuicios y tabúes que han acompañado al tema de la sexualidad durante mucho tiempo en las diferentes culturas hacen que muchos padres y madres de familia la perciban como algo que no debe ser indagado o que niegan su existencia en tal etapa, sin embargo, la declaración de los Derechos Humanos plantea que todo individuo debe contar con la información necesaria que le permita conservar su salud para lo que se debe educar en la enseñanza que le permita al individuo crecer y conservarse sano sexualmente, y eso, por supuesto, incluye a niños y niñas.
Para iniciar, se proponen pilares fundamentales que se deberán tomar en cuenta para la enseñanza-aprendizaje de aspectos de la sexualidad en la infancia que yo sugiero comenzar a explorar y observar:
Las respuestas de los adultos ante las preguntas, actitudes y situaciones que involucren los temas relacionados a la sexualidad son condición poderosa para su desarrollo, en tanto no medie agresión o coerción, no es probable que episodios aislados de prácticas sexuales en la niñez (juegos, exploración, descubrimiento, etc.) constituyan anormalidades pues, las manifestaciones sexuales que a edades muy tempranas se producen a través del contacto no son conscientes para el niño/a, por lo que no puede decirse que se produce un "despertar erótico sexual" pero la actitud de los padres al observar estos reflejos que forman parte del incipiente aprendizaje sexual del niño, pude transmitirle sentimientos negativos o mensajes de aceptación.
Padres y madres de familia sí se reconocen como los primeros responsables de esta enseñanza, seguidos de los libros, la sociedad, y los medios de comunicación, reconocen que es importante y saben que cuando no se hace de manera adecuada puede traer consigo problemas en la vida futura del individuo. Los padres de familia pueden experimentar la educación y/o los temas de la sexualidad como desagradables, placenteros o provocativos. Los conflictos alrededor del tema estarán fuertemente ligados a cómo los adultos tratan o actúan temas como compartir, autonomía, placer, co-dependencia, insomnio, irritabilidad depresión, la propia satisfacción sexual, ansiedad etc.
Y entonces … ¿qué hacer?
La primera pregunta que deberás formularte es si te consideras preparada para enseñarles a tus hijos e hijas los aspectos relacionados con la sexualidad. Cualquiera que sea la respuesta deberás conocer de qué manera ves la sexualidad en los niños, cómo la interpretas y cómo ellos y ellas la manifiestan. No dejes de observar a tu hijo/a durante el juego libre, céntrate en los roles que toma, en las actitudes que tiene y en la relación que construye en diferentes momentos con los demás ese será un parámetro que te permita identificar lo que tú misma o tu pareja le han modelado. Indaga siempre de dónde provienen sus preguntas y aterrízalas a su contexto, el mundo de los niños/as es en extremo diferente al adulto, así mismo, te invito a observar lo que otros adultos (pej. Los abuelos) le enseñan.
¿Qué te gustaría enseñarles?, de lo que observas ¿qué es lo que hace falta? ¿cambiarías algo? Empieza siempre por ti, conociendo el lenguaje que utilizas, las actitudes y conductas que modelas así como los miedos, silencios y dudas con respecto al tema que tienes para finalmente, buscar apoyo a través de literatura en la materia y/o por un profesional de la salud sexual.
Mayra Aidee Pérez Ambriz
Médica Sexóloga Educativa Maestra en Sexología Clínica
IG: @mayraaideeperezambriz
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