La atracción es una fuerza que tiene una persona para generar en otro ser humano el deseo de acercamiento, no limitándose a su sexo ni a su género, aún cuando esto pueda ser importante a nivel social. Esta puede ser física (afinidad o gusto por ciertas características anatomofisiológicas), intelectual (afinidad o gusto centrado en la manera de pensar, razonar o entender), afectiva (quien despierta en nosotr@s emociones específicas) y sexual (quien puede despertar en otras personas una respuesta sexual). Hay quienes reúnen todas las mencionadas anteriormente, hay quienes sólo algunas y hay quienes para nuestras expectativas, gustos, preferencias y elecciones deben cumplir específicamente alguna. Aquí aplica el sabio dicho "en gustos se rompen géneros".
Con esto, se confirma que la atracción hacia otra persona trasciende las dimensiones exclusivamente eróticas, de hecho, si observamos cómo se desarrolla nuestra capacidad para amar, las aparentes contradicciones humanas adquieren otra dimensión. Lo más común a experimentar los seres humanos es lo que se denomina vínculo afectivo, lo que sucede alrededor de las otras personas importantes en la vida, determina el tipo de vínculos establecido con los otros incluyendo el ser amado.De acuerdo entonces a lo mencionado, es pertinente hablar de las diferentes formas de atracción, mismo que se ha definido como preferencia genérica u orientación sexual, entendiéndose como el gusto o atracción para relacionarse afectiva y/o eróticamente con las personas, puede ser heterosexual, homosexual o bisexual (Álvarez-Gayou, 1986). Asimismo, en la actualidad existen personas que se autodenominan asexuales, ellas y ellos reconocen no sentir atracción sexual o erótica por nadie y algunas de ellas podrían establecer un vínculo afectivo. También existe quien se denomina a sí mism@ como pansexual, cuya potencialidad erótica, afectiva, sexual, intelectual o física expande las posibilidades de relacionarse con otr@s, no limitándose al sexo o al género de las personas.
La diversidad es entonces, el común denominador de todos los seres humanos. Muchos adultos sin embargo, mencionan que los jóvenes están confundidos, que la atracción hacia personas del mismo sexo-género o ambos es una moda y que no saben lo que quieren. De manera empírica señalo dos factores que desde mi práctica profesional me parecen probables de estos dichos. El primero está relacionado a lo que el exterior ofrece, no sólo a través de la información en medios masivos de comunicación si no a través de un sinnúmero de factores, incluida la imposición, que distraen a las personas del contacto consigo mismos y su auto re-conocimiento, quien tiene desarrollada esta poderosa herramienta desde edades tempranas, sabe reconocer la atracción que siente hacia otr@s de manera que no cabe la confusión. La segunda está relacionada al rechazo, estigma y discriminación hacia la diferencia cuando se toma en cuenta la expectativa social de que la mayoría de los hombres se sentirá atraído por mujeres y la mayoría de las mujeres por hombres.
Cierto es que aún nos falta mucha educación para derrumbar mitos importantes, por lo pronto, en estas líneas sólo me ocuparé de uno, que además he escuchado mucho entre adolescentes y jóvenes como una razón o pretexto para "probar", dejarse convencer o decidir tener relaciones sexuales con otras personas: -No se requiere tener relaciones sexuales con nadie para saber hacia quién se siente atracción-..
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