Una vez que ya pasó el momento tan esperado de tener entre brazos al nuevo miembro de la familia, la o el bebé, y qué se debe considerar para retomar la intimidad sexual en la pareja, considerando dos vertientes: la física y la emocional. En el ámbito físico, debemos tener claro el tipo de parto que se tuvo, pues el cuerpo no se recupera igual si es un parto natural o si es por cesárea. En ese sentido, en el parto natural, las y los ginecólogos recomiendan esperar un mínimo de 40 días, tiempo durante el cual los órganos sexuales femeninos ya se encuentran totalmente asentados.
Cuando existe parto por cesárea o que se haya realizado una episiotomía (apertura realizada en el piso pélvico para ayudar la salida del bebé de la cavidad vaginal), se recomienda quizá esperar a que exista cicatrización, un aproximado de seis semanas.
Es pertinente considerar que pueden existir algunas molestares físicos o bien resequedad vaginal, estas sensaciones sueles ser comunes por el cambio hormonal y obviamente por el movimiento y reajuste corporal, generados primero por el embarazo, después por el parto y por el mismo puerperio.
Ambos tipos de parto son para que pueda existir penetración, sin embargo, como ya hemos comentado en escritos anteriores, la sexualidad no queda restringida a esa práctica, es mucho más amplia, y fisiológicamente, más allá de lo citado, no existe complicación alguna para iniciar o retomar el erotismo en pareja.
Cabe aclarar, que no es igual en el ámbito psicológico y emocional. En este rubro, las parejas deben considerar las experiencias, sensaciones, sentimientos y emociones, que pueden estar muy "revueltas". El ejemplo más fehaciente en este punto es la famosa "depresión postparto; por lo tanto, la sugerencia es que se debe estar recuperada física y emocionalmente.
Ahora, no sólo el deseo y la actividad sexual en la mujer se ve mermada por la llegada del nuevo integrante de la familia, pues es muy común que, por la demanda de atenciones que requiere el niño o niña, la pareja pase a un segundo plano para ambos, esto también incluyen las relaciones sexuales.
Otro factor que puede alterar en los hombres es la sensación de sentirse vistos y/o observados, generando emociones de vergüenza o bien sentirse cohibidos por la presencia del bebé, además de sumar el cansancio que también implica para ellos en el sentido de la atención.
Concluyendo, la actividad sexual debe retomarse cuando los nuevos padres se sientan preparados física y emocionalmente, además de la paciencia y entendimiento mutuo que debe existir entre ambos para acomodar también los tiempos de asistencia al menor, considerando a su vez que puede coartar la experiencia erótica la sensación de sentirse visto. Todos estos contratiempos se pueden superar con mucha calma y comprensión por ambas partes.
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